«Una mentira repetida
mil veces se convierte en una verdad» Joseph
Goebbels
El escritor marxista José Carlos Mariategui en su libro “El
artista y la época” decía que la burguesía quiere del artista un arte que
corteje y adule su gusto mediocre.
La mayoría de los políticos de oposición, los mismos que con
rosario en mano, puño en el pecho y ojos cerrados invocaban el mantra –cese de
usurpación, gobierno de tran……, finalizaron el 2019 concluyendo que el producto
llamado Juan Guaidó había fracasado y efectivamente así fue.
Llega el 2020 y tal como se anunciaba, el diputado de la
Guaira, ni con todo el financiamiento que cuesta, iba a tener el apoyo
mayoritario para ser reelecto ni siquiera Presidente de la Asamblea Nacional,
por el contrario, hoy sus mismos compañeros de bancada son los que solicitan
una investigación en su contra, por los interminables casos de corrupción.
El autoproclamado ahora sin ni siquiera apoyo en la propia
oposición y con la popularidad arrastrándole los zapatos, se lanza un comodín
con sus padrinos para pedir oxigeno ($$$$) reapareciendo en el Foro de Davos,
en Suiza, donde se juntan los grandes sicarios de la economía. Las aves de
carroña se llevan al producto para exhibirlo a ver quién lo compra. La élite
mundial se junta y habla de problemas de los que no entiende nada, bebiendo
demasiado champán, mientras preguntan cuánto piden por ese producto llamado
Juan Guaidó.
Las grandes corporaciones mediáticas, encargadas de
maquillar al producto durante cualquier actuación, intentan bajo cualquier
forma definir “la gira” como exitosa, cuando la realidad es que ni siquiera su
titiritero Donald Trump lo quiso recibir, el producto llamado Guaidó no pudo ni
dormir en la alfombra del perro que cuida la Casa Blanca.
Los mismos diputados opositores se preguntaban ¿Quién paga
estas giras? ¿Qué saldo positivo dejan al país?
Mientras el producto y sus financistas, siguen inyectando
dinero a la realidad virtual, en Venezuela hay un pueblo de verdad, de carne y
hueso, que trabaja, produce y batalla día a día, hay una Venezuela que sigue su
curso, que seguirá cumpliendo con lo que dicta la Constitución y las próximas elecciones
parlamentarias.
Cuando Guaidó se vende como un producto, en realidad está
ofertando a Venezuela y sus riquezas, está poniendo en venta ante las hienas
mundiales, nuestra soberanía, nuestro petróleo, nuestro territorio, nuestra
independencia, nuestra dignidad.
Ante esto, tenemos la visión clara del Presidente Nicolás
Maduro: “Nosotros somos de verdad, no somos de marketing. No nos intimida nada
de lo que haga el imperialismo, la burguesía colombiana o los golpistas
venezolanos. estamos decididos a dar nuestras vidas por nuestra Patria”