Desde el momento en que el Presidente Nicolás Maduro nos
instruye incorporarnos a la Asamblea Nacional en desacato, pudimos confirmar lo
que en ocasiones la derecha se ha encargado de dejar claro: en la historia
política de Venezuela, no había existido nunca una oposición tan rastrera y
golpista como a la que lamentablemente hoy nos enfrentamos.
Afortunadamente para el escenario político, un sector de la
oposición entiende que, para poder ejercer la política en un país, debe existir
compromiso con el sistema democrático y decidió desprenderse, de la agenda de
guerra, caos y muerte, sumándose el 16 de septiembre de este año, a la senda
democrática propuesta por el Gobierno Bolivariano y llevada a cabo por el
pueblo que eligió ejercer su soberanía.
Ese sector de la oposición venezolana ha manifestado la
necesidad del diálogo con el Gobierno Bolivariano para buscar solución a los
problemas estructurales que hoy aquejan al pueblo. Gran parte de estas
carencias que hoy vivimos los venezolanos son consecuencia de que esa derecha
apátrida y arrastrada, que ni siquiera vive en el país, ha implorado a sus amos
imperiales, someter al pueblo venezolano a un bloqueo ilegal, criminal y
sistemático desde todas sus dimensiones.
Sanciones de todo tipo han sido aplicadas contra Venezuela y
el mundo debe saber quiénes son los responsables de las mismas, mientras
continúan saqueando los bienes de la Nación con el robo descarado de CITGO, el
Presidente Nicolás Maduro reitera el llamado al diálogo a esa oposición que
esta de espaldas al país, a la democracia y a la paz.
Esos responsables hoy temen asumir sus errores, y habiendo
quedando fuera del tablero político, desde una Asamblea Nacional en desacato se
llama a conformar un nuevo Consejo Nacional Electoral, punto que se había
acordado previamente en la Mesa de Diálogo Nacional.
Dejando claro, que el lapso para el cese de funciones de los
rectores del Consejo Nacional Electoral, aún no ha sido vencido, el Presidente
Nicolás Maduro reitera su voluntad política, apelando a la intención de ese
sector de la oposición, demostrando como un verdadero demócrata, a lo que estamos
dispuestos a ceder para lograr el entendimiento y la paz del país.
Lo sucedido recientemente en Bolivia, un Golpe de Estado
contra un Presidente reelecto por la mayoría popular a través del voto,
demuestra que Estados Unidos, -quien de forma evidente es quien está detrás de
todo plan de desestabilización de la región- no le interesa que los actores políticos
de Venezuela apuesten al sufragio popular, y harán todo lo posible por seguir
consumando gobiernos impuestos que irrumpan contra todo valor democrático.
Ante esto, nuestra Constitución es bien clara:
Artículo 192: “Los
diputados o diputadas a la Asamblea Nacional durarán cinco años en el ejercicio
de sus funciones, pudiendo ser reelegidos o reelegidas por dos periodos
consecutivos como máximo”
Los que se enriquecen con la guerra, el hambre y la muerte,
deben asumir que la única arma con la que nos podemos enfrentar los venezolanos
es el voto.
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