Recientemente hemos podido ver cierta polémica y debates acalorados entre
compatriotas muy valiosos dentro de nuestra Revolución. Mi respuesta ante
aquello es: unidad, no sin
antes tomar algunas consideraciones:
Nuestro discurso, como nos lo enseñó el Comandante Hugo Chávez siempre
tiene que estar basado en la verdad, hablarle con la verdad al pueblo, por más
desfavorable que esta sea, de lo contrario, estaríamos cayendo en el campo de
la demagogia. Me permito citar un fragmento del discurso del Comandante Fidel
Castro Ruz ante la Asamblea cubana en medio del período especial "quien
vive de ilusiones, muere de desengaños". https://youtu.be/JCTarvpSgqo
El discurso revolucionario debe ir acompañado de condiciones objetivas y
subjetivas, siempre con la vocación de poder, del 'poder hacer'. En cuanto a lo
objetivo, se refiere a la realidad real, a lo palpable, a lo que tenemos. Lo
subjetivo se refiere a lo estratégico, a lo histórico, a dónde vamos o debemos
ir.
Dicho lo anterior y sin dudar de la excelente condición de algunos hermanos
revolucionarios que, recientemente han ejercido cierta crítica con fervor, es
necesario tener presente las condiciones objetivas actuales, de un bloqueo
económico criminal por parte del imperialismo y una contracción de la economía
mundial que también nos afecta. Así que, ampararse en un discurso contando con
las condiciones objetivas de 2012-2013-2014, sería crear falsas expectativas en
el pueblo, un pueblo acostumbrado a escuchar la verdad.
No se debe dejar de reconocer que en la primera fase de la Revolución
logramos redistribuir el ingreso producto de la renta petrolera, pero el
socialismo para que se consolide y sea sostenible, es necesario maximizar la
capacidad de los medios de producción, aquí refiero a las condiciones
objetivas. No basta con crear leyes revolucionarias y otorgar derechos, la raíz
de la Revolución Bolivariana radica en ser impulsores y defensores de la clase
trabajadora, siendo esto parte de la razón subjetiva.
Más allá de esas consideraciones y consciente que el ejercicio crítico y
autocrítico, el debate de las diferencias y contradicciones, fortalecen la
revolución; hay una máxima que es primordial: La Unidad.
Aquella orden que nos instruyó nuestro Comandante Chávez aquel 8 de
diciembre como última proclama, y que todos nosotros como socialistas,
comunistas, cristianos, bolivarianos, humanistas, soldados, estudiantes,
obreros, campesinos y pescadores, cumpliremos a cabalidad.
Citando a Lenin en su libro qué hacer
acerca de la crítica y unidad:
"Marchamos en
grupo compacto, asidos con fuerza de las manos, por un camino abrupto e
intrincado. Estamos rodeados de enemigos por todas partes, y tenemos
que marchar casi siempre bajo su fuego. Nos hemos unido en virtud de una
decisión adoptada con toda libertad, precisamente para luchar contra los
enemigos y no caer".
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