lunes, 20 de abril de 2020

Canibalismo político


“Tenemos que profundizar en la batalla ideológica contra el capitalismo destructivo. Sólo el socialismo salvará a este planeta, sólo el socialismo salvará a la especie humana” Hugo Chávez.

Michael Wolff, en su libro Fire and Fury: Inside the Trump White House, definía a Trump como «un presidente emocionalmente errático».

En su libro, Wolff cuestiona la estabilidad mental de Trump y lo define como un mandatario aberrante, no solo desconectado de las tareas de gobierno, sino casi analfabeto. Reúne devastadoras valoraciones oficiales de supuestos aliados de un presidente infantil.

Con la suspensión de financiamiento de Trump a la Organización Mundial de la Salud (OMS), el magnate de la Casa Blanca pretende distraer su propio fracaso para hacer frente a la epidemia de coronavirus: tras negar el peligro desde febrero hasta mediados de marzo, Trump estaría ahora buscando culpar nuevamente a China. “Este no es un paso lógico del presidente. Es un acto de autodestrucción", dijo a DW el ex primer ministro británico Gordon Brown.

El mismo Bill Gates, uno de los mayores donantes privados de la OMS expresó que "dejar de financiar a la OMS durante una crisis de salud mundial es tan peligroso como parece. Si ese trabajo se detiene, ninguna otra organización puede reemplazarlos. El mundo necesita a la OMS más que nunca"

En enero de este año, cuando ya China alertaba al mundo la necesidad de la cuarentena, personajes como Boris Johnson, Bolsonaro y el mismo Trump se burlaban del virus, priorizaron su canibalismo económico por encima de la salud de sus pueblos.

Ninguna de estas acciones son aisladas. Hasta parte de la élite mundial se ha visto arropada por lo que parece ser una nueva era del capitalismo salvaje.

Citando a Toni Negri y Michael Hardt, si las masas no se organizan a contribuir a la recuperación, a la reforma, o más exactamente, a la reinvención de la izquierda definiendo una forma de organización y un proyecto político, si los movimientos de izquierda no redireccionan estas acciones salvajistas e inhumanas en medio de pandemias, pudiera levantarse un nuevo orden mundial sobre los cimientos de las fases más extremistas del capitalismo en la historia de la humidad. Las tesis neoliberales quedarían en pañales delante de lo que vendría.

El todos contra todos: Cuando se le solicita el Fondo Monetario Internacional un crédito en medio de una crisis sanitaria mundial y lo niegan por razones ideológicas, cuando vemos como bloquean barcos que enviaban ayudas médicas a Cuba y Venezuela para combatir el coronavirus, cuando vemos al Presidente de un país robar insumos médicos, incluso a sus principales aliados como Canadá y ordenando a empresas no exportar mascarillas a países del mundo. Cuando se paga el doble del costo para desviar insumos médicos que tenían como destino países gravemente afectados por el coronavirus, tenemos en nuestras puertas los más vivos ejemplos de canibalismo político. 
El capital y el egoísmo por encima de la humanidad, la política por encima de la vida y no la política para preservarla.

Si no hacemos algo por la humanidad en estos momentos, estaremos presenciando en los próximos 100 años la extinción de la misma.

sábado, 4 de abril de 2020

El Patrón del mal.


Dice Trump que va a combatir el narcotráfico, pero se le olvidó decir que Estados Unidos es el mayor consumidor de droga en el mundo. Dice Trump que va a combatir los carteles de droga, pero se le olvidó mencionar a Colombia, el mayor productor de droga del mundo.

La ONU en su informe señala que Colombia produce cerca de 70% de la cocaína mundial, pero si son amigos de Trump debe ser mentira. Según Trump, Venezuela está gobernada por un “narcoestado”, se le olvidó mencionar que luego de romper los acuerdos con la DEA, Venezuela capturó a 102 jefes del narcotráfico en territorio venezolano, 21 de ellos fueron entregados a la justicia estadounidense y la incautación de un aproximado de 55,7 toneladas de droga al año.

Venezuela, según Trump, es un “narcoestado”, a pesar de haber tenido el reconocimiento de la ONU por sexta ocasión consecutiva como la nación con mayor recolección de drogas ilícitas en el mundo. No lo es Colombia, donde el paramilitarismo y la droga financian la política y viceversa. Se le olvidó mencionar a Trump en su “lucha contra el narcotráfico”, que su cachorro Iván Duque se abraza al Ñeñe.
Cuando Trump en su pose de soberbia dice que va a combatir el narcotráfico en Venezuela, se le olvidó mostrar las fotos de Guaidó con Los Rastrojos.

El imperio norteamericano persigue de manera vil y obsesiva a tres hombres piezas fundamentales del Gobierno del Comandante Chávez. Nicolás Maduro, Diosdado Cabello y Tareck El Aissami representan la lucha contra el narcoparamilitarismo, la denuncia ante el mundo del asedio estadounidense a los pueblos soberanos, representan a un pueblo que siempre se ha mantenido en pie ante las amenazas externas, siempre han estado a la vanguardia de las grandes victorias de la Revolución, primero junto al Comandante Chávez y ahora, liderándolas ellos mismos.

¿Por qué Estados Unidos, con todo su poder, no busca capturar a los carteles de droga que inyectan miles y millones en sus bancos, siendo estos la mayor lavadora de dinero sucio en el mundo? ¿Por qué afincarse contra quienes han combatido el narcotráfico y la corrupción precisamente?

Venezuela, al hacer lo irreparablemente correcto, tocó los intereses y negocios de los carteles y empresarios más poderosos del mundo.

Los magnates y narcotraficantes hoy dicen que van a combatir el narcotráfico, para eso, van a perseguir a quienes son modelo de lucha antidroga en el mundo.

Diría Galeano “el mundo al revés”.