lunes, 21 de octubre de 2019

Chile: laboratorio neoliberal


Chile es el país dónde el neoliberalismo se jacta de haber tenido un “gran éxito”. En efecto, la reestructuración fue total. Fiel al programa neoliberal, la dictadura de Pinochet llevó adelante pautas económicas que llevarían a una desregulación drástica de la economía, desempleo masivo, una concentración de la renta en favor de los sectores económicos más cerrados, la privatización de bienes públicos, etc., lo cual fue posible aplicando un duro esquema de represión, sangriento y brutal.
El teórico social David Harvey, en su libro Breve historia del neoliberalismo, señala que la expresión política del neoliberalismo en tanto proyecto económico global conllevó una redistribución de capitales, restableciendo el poder de las élites internacionales y nacionales, sobre todo de países centrales como Estados Unidos o Inglaterra.

Una vez instalado el gobierno militar de Pinochet, a la persecución, la tortura, el exilio y la muerte de trabajadores y jóvenes de esa generación que defendió y le exigió a Allende la ruptura radical con la burguesía, se sumó una política económica totalmente neoliberal que aún, en pleno siglo XXI, Chile pretende mantener. De la mano de economistas formados en la Universidad de Chicago y a través del Proyecto Chile, financiado por la Fundación Ford y organizado por los “Chicago Boys”, el gobierno llevó adelante una reestructuración total de la economía. Con ello, Chile se convirtió en la base de operaciones del Plan Cóndor, diseñado por los EE.UU. y que permitía coordinar la represión hacia la vanguardia obrera y juvenil en gran parte de Sudamérica.

Hoy vemos en Chile, un precario sistema de protección social, una desigualdad social extrema, según la última edición del informe Panorama Social de América Latina elaborado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), el 1% más adinerado del país se quedó con el 26,5% de la riqueza en 2017, mientras que el 50% de los hogares de menores ingresos accedió solo al 2,1% de la riqueza neta del país. Los adultos mayores tienen pensiones por debajo del sueldo mínimo, mientras que la Administradora de Fondos de Pensiones acumulan ganancias, el aumento de 10.5% en las tarifas de luz, el valor de los medicamentos es de los más altos de la región, con un sistema de salud privado que deja por fuera a los ancianos y es tres veces más caro para las mujeres. Un reciente estudio de la Universidad Diego Portales, determinó que de un total de 56 países alrededor del mundo, Chile es el noveno más caro.

A todos estos factores de descontento, se suma una ola de casos de corrupción en instituciones como El Ejercito y Policía de Carabineros, acusada de desviar más de 40 millones de dólares, aunado a la persecución y criminalización del movimiento estudiantil.

El pueblo chileno, encabezado por los estudiantes, hoy está en las calles protestando por el aumento en el pasaje del Metro, pero también el alza en el costo del Ferrocarril Metropolitano, que transporta a diario a casi tres millones de personas, los manifestantes alegan que un alza en el pasaje del metro es inconcebible, más aún si se considera que el transporte público en Chile es uno de los más caros en función al ingreso medio.

Los “ideólogos” neoliberales, apoyados de manera evidente por las grandes corporaciones mediáticas que históricamente han estado a merced de la burguesía, tratan de tachar como “delincuentes” y “violentos” a los estudiantes que hoy se manifiestan contra todas estas políticas neoliberales que afectan a más del 85% de la población, minimizando, además, que se trata del rechazo únicamente al costo del pasaje, cuando esto, es solo parte de un problema social mucho mayor. Ante esto, la respuesta del Gobierno chileno ha sido decretar toque de queda y militarizar las ciudades del país, volviendo a aquellos oscuros días de sangre, muertes y desapariciones que bien supo aplicar Pinochet.

Ante el resurgimiento del neocolonialismo, no faltarán pueblos que soplen vientos de libertad, invocando el inevitable huracán bolivariano en Latinoamérica.


jueves, 17 de octubre de 2019

Récord Guinness del ridículo


El Comandante Fidel Castro aparece dentro del Libro Guinness, con el de mayor número de intentos de asesinato a un jefe de estado, saliendo totalmente ileso de todos ellos. Evo Morales batió el récord Guinness como mandatario electo más veces por el pueblo en Bolivia. Dejando por lo alto a la calidad del cacao nacional, en 2015 en Caracas más de 100 chocolateros batieron el récord de la moneda de chocolate más grande del mundo al replicar en tamaño gigante un Bolívar. Carlos Coste es un atleta apneísta venezolano que ha logrado 9 récords mundiales a lo largo de su carrera deportiva.

En estos momentos, tenemos en Venezuela, un personaje que está haciendo méritos por ser nombrado como el político con mayores hazañas del ridículo, para lograr este premio, se sumó desinteresadamente a ayudarlo, el recién electo Presidente de Guatemala, Alejandro Giammatei, quien, saltándose toda norma de protocolo y derecho internacional, pretendía ingresar a Venezuela con una ciudadanía distinta a la del país donde ejercerá la Presidencia, además, se constató que no existía constancia de invitación por parte del Ejecutivo venezolano, ni alguna gestión de la embajada guatemalteca en relación a esta visita.

Ni en los momentos de mayor tensión o crisis política de un país en el mundo, se había visto hecho como este. El papel de cualquier político, cualquiera que sea su posición e ideología, es buscar un mínimo de sentido lógico para mantener la legalidad dentro de sus naciones.

¿Cuál hubiera sido la reacción del Gobierno español si el Presidente Nicolás Maduro visitara Cataluña para reunirse con el Presidente de Generalitat? ¿Qué hubiera hecho el Gobierno estadounidense si el Presidente Nicolás Maduro viajara Estados Unidos para encontrarse con el Movimiento Nacionalista de Texas y ratificarle su apoyo?

Desde que Guaidó se autoproclamó como Presidente en una plaza, ha transitado por un sendero de inconstitucionalidades, delitos e ilegalidades, llevándose por el medio a distintos personajes, dejándolos en evidencia ante el mundo, al ejercer su noble derecho a la estupidez.

Desde Venezuela estamos alentando al diputado ante sus venideros logros, para que por fin le otorgue tan merecido premio, después de todo, sería lo único que hasta ahora habría ganado Guaidó por méritos propios.

domingo, 6 de octubre de 2019

Títeres al desnudo


Desde el auge de las teorías económicas de Milton Friedman, cuyos aportes fueron prediseñados y fabricados por las élites estadounidenses desde las Escuelas de Chicago, pretendieron, para ello, hacer de Latinoamérica su patio de ensayo.

Uno de los principios de los postulados neoliberales de Friedman señala que “En un mundo de libre comercio, como en la libre economía de una nación, las transacciones se producen entre entidades privadas. La transacción no se producirá a menos que todas partes crean que de ella obtendrán un beneficio”.

Los años 80 se caracterizaron por la implementación del modelo económico neoliberal, las imposiciones del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, así como por la injerencia, unas veces encubierta y otras abierta, de los Estados Unidos en la región.

Cuando se aplicaron este tipo de medidas en Venezuela, el pueblo supo imponerse ante lo que supondría su empobrecimiento. El anuncio de estas políticas neoliberales, ocurrido hace más de 30 años, conllevó a un alto aumento del costo de vida en Venezuela, originando el Caracazo, y otros estallidos sociales en medio de manifestaciones populares, repudiando las medidas capitalistas. Las medidas neoliberales aplicadas aquel entonces en Venezuela buscaban cumplir con las exigencias del FMI a cambio de un préstamo para aliviar sus finanzas.

En pleno siglo XXI, las élites buscan darle una nueva bombona de oxígeno a las teorías económicas liberales en Latinoamérica, aunque con ello, sus títeres queden al descubierto y al imperio no le quede más remedio que salir detrás del telón, en defensa de sus actores.

Este nuevo elenco de guiñoles representa el fracaso de insistir en aplicar medidas económicas neoliberales en América Latina y el peligro de la vuelta del fascismo en nuestro continente.

Cuando vemos al mandatario de un país gobernado por el narcoparamilitarismo presentar pruebas falsas ante un organismo internacional, siendo el hazmerreír del mundo, mientras su país está sumergido en el sicariato político y la guerra, cuando escuchamos a un extremista alegar que es falso que el Amazonas sea patrimonio de la humanidad y pulmón del planeta, para pagar por la tala y quema de terrenos y seguir explotando las tierras sin importar el genocidio de poblaciones indígenas, ni sus riquezas naturales, al mismo tiempo que realiza recortes en la educación pública, la aplicación de las clásicas medidas neoliberales por Macri en Argentina, tras los préstamos solicitados al FMI, generado graves consecuencias en el país, al punto que que se incrementara a 25,4% la línea de pobreza en los hogares argentinos, según el último informe del Indec.

El caso más reciente está en Ecuador, miles de personas en las calles rechazando el paquetazo económico implementado en acuerdo con el FMI, eliminando subsidios, recortes en derechos de trabajadores, afectando, como siempre, a los sectores más vulnerables. Lenin Moreno será recordado como un traidor de su propio proyecto político, del pueblo y del pensamiento Bolivariano.

La aparición de los nuevos “Chicago Boys” políticos en América Latina y sus estrepitosos fracasos políticos, económicos y sociales es la clara muestra de que la mitología del neoliberalismo debe emprender la retirada y que el modelo de Socialismo Bolivariano sigue siendo la alternativa de un mundo diferente, donde la humanidad esté por encima del capital.

¡Seguid el ejemplo que Venezuela dio!